Queridos lectores: En este libro he reunido una nueva carga de cuentos, relatos, crónicas, artículos, narraciones, vivencias, coplas, poemas y cartas, que pretenden ganar otra vez vuestra complicidad, divulgar historias gabarreras y, también, aportar otra pequeña entrega al denso patrimonio cultural espinariego. Mucho pretendo. He intentado que todos los textos lleven esencia gabarrera, además del sentimiento de ausencia que, desde marzo de 2012, me dejó la muerte de mi hijo Tatán. Es inevitable.
En 1995, con ocasión de la presentación de la novela El año que vino Eva Perón, una profesora del instituto manifestó que aquel acto suponía un antes y un después en el proceso cultural de nuestro pueblo. Al año siguiente, comenzó a cumplirse dicha predicción con la publicación Los gabarreros de El Espinar, junto a una exposición sobre los oficios serranos, dentro del gran proyecto cultural de la Carta Puebla, cuando nuestro pueblo cumplía 700 años.
No creo que exagere mucho, pues desde 1995, han pasado algunas cosas en ese camino abierto entonces. Por ejemplo, en marzo de 1999, el Centro de Iniciativas Turísticas creó la primera Fiesta de los Gabarreros, que luego ha paseado por ferias, ciudades, eventos y medios de comunicación, a lo largo de 25 años, de la mano de sus protagonistas directos.
En este cuarto de siglo, las publicaciones literarias y los actos culturales se han multiplicado. O sea, que estamos en ese después venturoso. Y hay que seguir caminando.
Ahora os presento Gabarrero de luna. Como título del libro, he tomado el nombre del primer cuento. Me atrajo esa imagen por su carga poética, y también porque suelo escribir a veces con la luna, que me ha alumbrado muchas noches hasta reunir este variado abanico de textos. Además, por eso de que solo no soy nada, he echado mano de la ayuda de personas con criterio sobre el mundo gabarrero, que me han regalado opiniones, recuerdos e imágenes. Las citaré expresamente.
También, he repasado algunos libros y artículos, y revisado vídeos, documentales, cientos de fotografías y algunas películas, como esa bella fusión de hacha y libros que rodó John Ford en 1939, El joven Lincoln, y otras dos más cercanas: El río que nos lleva y Vacas.
Con todo esto, he escrito y editado otra vez para vosotros, con amor y sin freno.
Gracias por abrirle a este nuevo libro las puertas de vuestra casa, para luego leerlo.